El conflicto político detrás del dron que se coló en el Dudelange-Qarabag de Europa League
En el minuto 31 de la primera parte del duelo de Europa League que disputaban el Dudelange luxemburgués y el Qarabag azerí, que terminó 1-4 para los visitantes, un dron con una bandera comenzó a sobrevolar el terreno de juego.
Los jugadores del Qarabag intentaron derribar el dron, que portaba la bandera de la República de Artsaj, a pelotazos e incluso varios ultras del equipo azerí que se habían desplazado a Luxemburgo saltaron al campo indignados para intentar tirarlo al suelo. El encuentro estuvo parado unos 15 minutos antes de reanudarse.
Dron con una bandera por el conflicto Armenia - Azerbaiyán en el Dudelange Qarabag pic.twitter.com/s31Jkjt7Lz
— Eatmetheeggs (@JaviDeLonge182) October 3, 2019
Detrás de este acto se esconde un conflicto político que dura tres décadas. La República de Artsaj (conocida hasta 2017 como República del Alto Karabaj) es un estado de facto con mayoría armenia, pero reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán. La pugna afecta directamente al Qarabag, que, a pesar de que juega en Bakú, es originario de Agdam, una ciudad ahora en ruinas.
Agdam fue tomada en 1993 por las tropas de la República de Nagorno Karabaj, que expulsaron a toda su población hacia el este. Los azeríes decidieron destruir la mayor parte de la ciudad tras el fin de la lucha para evitar que esta fuera controlada por sus enemigos. El Qarabag se trasladó a Bakú y pasó por una grave situación económica hasta que fue comprado por uno de los principales grupos empresariales del país. En los últimos años es un asiduo de las competiciones europeas y llegó a disputar la Champions en la 2017-18.
El club es además un símbolo de Azerbaiyán y de su enfrentamiento con Armenia por el control del Alto Karabaj. Un conflicto que viene de lejos y que se agravó tras el final de la Unión Soviética provocando una guerra que duró entre 1988 y 1994. En mitad de la contienda, en 1991, esta región de mayoría armenia proclamó su independencia y sigue ejerciendo como tal, aunque no está reconocida como estado por ningún miembro de las Naciones Unidas.
No es la primera vez que este conflicto afecta directamente al fútbol, ya que que el pasado mes de mayo Henrikh Mkhitaryan (armenio) no pudo disputar la final de la Europa League en Bakú con su entonces equipo, el Arsenal, ante la imposibilidad de garantizar su seguridad.
Tampoco es la primera vez que vemos un dron sobrevolando un partido con reivindicaciones políticas. Sucedió también el 14 de octubre de 2014 en un encuentro clasificatorio para la Eurocopa de 2016 entre Serbia y Albania en Belgrado.
El encuentro fue interrumpido por un dron con la bandera de la Gran Albania (que incluye a territorios que están fuera de ese país y que sus nacionalistas reclaman como propios), que fue retirada por el serbio Mitrovic. A este se la robó el visitante Balaj, lo que se entendió como una provocación por parte de la hinchada local, que saltó al césped del Estadio Partizán. Se inició así una multitudinaria pelea entre jugadores y aficionados que provocó la suspensión del partido. La UEFA dio posteriormente como ganadora a la selección albanesa por 0-3.
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