La Copa que desaparece en Madrid y aparece en Barcelona
Hace un par de años, por estas fechas, yo estaba empezando en esta columna de los martes y tenía la sospecha de que los de Yahoo! Deportes pronto se iban a cansar de mí. El 19 de febrero de 2019, el tercer artículo de esta —ya sorprendentemente larga— colaboración llevaba por título “El jueguecito de la Copa del Rey de baloncesto” y era, más o menos, un reciclaje de un post anterior, “La Copa que aparece y desaparece”, que había publicado en mi blog allá por 2012, cuando nadie me pagaba por escribir sobre los periodistas y la única recompensa eran algunas palmaditas de mis fieles. Si ya estuvo feo colarles a los de Yahoo! un reciclaje, imaginad lo de intentar colarles el reciclaje de un reciclaje. ¿Que no me atrevo? Sujetadme el cubata.
Como lo de reciclaje suena un poco crudo, escojamos mejor otra palabra, una capaz de amparar prácticas más terribles que las de un periodista vago: tradición. O ‘update’, para quien se maneje en inglés y en LinkedIn. Llamémosle tradición, sí, y recuperemos el procedimiento estándar: reunir las portadas del ‘Big Four’ nacional y sombrear aquellas partes en las que no hablan del asunto.
Tras el título conquistado por el Real Madrid hace un año frente al Unicaja Málaga, la Copa del Rey desaparece ahora de las primeras páginas de Madrid —o se reduce a la mínima expresión, a decir verdad— y aparece con todo esplendor en las de Barcelona. En ‘Sport’ emplean en un subtítulo el verbo “humillar”, la enésima demostración de que quienes perpetran sus textos de portada aún no se han enterado de qué va esto del deporte. En su portada de la 2009/2010, la primera de esta serie histórica que repasamos hoy, ya tiraron de este concepto.
El tratamiento anual a la Copa ACB resume a la perfección la cobertura actual del baloncesto en los medios y programas deportivos a la caza de audiencias masivas: algo que agitar cuando se gana y enterrar cuando se pierde. Algo parecido a lo que ha sido toda la vida la Supercopa de fútbol y empieza a ser también la Copa del Rey. Porque, en realidad, el tratamiento de la Copa sintetiza también el propio enfoque que se aplica al fútbol: es, cada vez más, un vehículo para perpetuar el eterno debate diario Madrid-Barça, especialmente si viene con polémica: el polémico arbitraje en la final hace dos temporadas, un exmadridista ahora de azulgrana al que llaman “rata”, un azulgrana al que dejan tirado en un aeropuerto porque sospechan que quiere ser madridista…
Continuará (me temo).